El pedagogo Javier Bahón afirma que los rankings escolares o los exámenes ‘matan’ el aprendizaje.
‘Existen muchas maneras de ser inteligente, pero a la escuela sólo parece importarle una’, asegura.
¿Qué mide un examen?: ¿Los aciertos o los fallos? ¿Lo que sabe o lo que no sabe un alumno? En opinión de Javier Bahón, el actual sistema educativo «no evalúa los aciertos, sino los fallos, y está demostrado que el bolígrafo rojo causa daño y sufrimiento».
Bahón ha puesto al nadador Michael Phelps como ejemplo de lo que no debe ser la escuela: «Dedicó sus primeras medallas olímpicas a su maestra, por haber dicho de él que nunca llegaría a nada. Su perseverancia era un talento que nadie en su escuela supo adivinar».
En este sentido, para el pedagogo «existen muchas maneras de ser inteligente, pero a la escuela sólo parece importarle una». Defensor de la tesis de las inteligencias múltiples -formulada por Howard Gardner en 1983-, Bahón es partidario de que la escuela desarrolle cada una de las fortalezas con las que nacemos.
Al fin y al cabo, «no debe haber asignaturas de primera clase y de segunda».«Todas son igual de importantes», subrayó, y de ahí que «los profesores no deban ser jueces sino educadores, profesionales que sacan lo mejor de cada uno».
El aprendizaje, además, sólo llegará a través de «experiencias», según Bahón, para quien el reto de los docentes pasa por saber emocionar e intrigar a los alumnos, por ejemplo. «La pasión se contagia y el profesor que trabaja con pasión crea un vínculo con su alumnado y engancha. Y, cuando todo falla, la técnica pedagógica que siempre funciona es la cercanía, el cariño y la confianza».
Por el contrario, en el saco de lo que no sirve para el aprendizaje está «lo predecible y lo monótono, lo inútil para la vida, los exámenes y los juicios externos, las políticas cortoplacistas, el etiquetaje de los alumnos, la falta de confianza, las bajas expectativas, los rankings escolares, un curriculum súper extenso…».
Fuente: El Mundo
Autora: Noa de la Torre
@ndelatower